viernes, 9 de marzo de 2007

Aquí estoy otra vez a la carga con los locales de directo de Zaragoza. No voy a darle bombo ni publicidad a salas monstruo en las que parece que más que en un local de directo estás en un MacDonald, con camarer@s monísim@s que no tienen ni idea de poner un café. No voy a dar nombres, pero os garantizo que los hay.

En realidad, ocurre como con los bares, que hay algunos que, por mucho dinero que se invierta en ellos, no funcionan, no tienen ángel… y que uno que abren al lado, pequeño y cutre, funcione de maravilla. Creo que no hay trucos ni técnicas, no se puede saber cómo acertar.

En cualquier caso, creo que la base de que un local así tire para adelante es que al dueño del local le guste la música en directo. De forma intuitiva irá seleccionando a su público, y acabará quedándose con aquellos que respetan a quien tiene las narices de subirse al escenario. Ese público suele ser fiel, y si el dueño del local sabe ganárselo, tendrá público para rato. Hay locales que lo han conseguido a lo largo de los años y pese a todas las dificultades. Añoranza, en Residencial Paraíso, es uno de ellos. Se lo han montado de manera particular: tocan ellos, los dueños-camareros-músicos, y de esta manera minimizan gastos. Llevan como treinta años allí, y aunque los tiempos no son lo que eran, aun dan guerra.

Otro local es La Campana de los Perdidos, en la calle Prudencio. Comenzó siendo un lugar de reunión de tunos que se transformó en asociación cultural. A mí me tocó vivir su arranque, porque de estudiante me reclutaron en la Tuna de Distrito (o Detrito, como le llamábamos nosotros) yo tocaba flautas, y necesitaban a un flautista para un viaje a un festival folklórico en Francia, así que me metí en el lío…

Y a lo que voy: un día me encuentro con Rodo, el dueño del local (es uno de los socios, no es el dueño, pero yo lo llamo así) Me dice que le ayude a comprar un equipo de sonido para el local, porque quiere empezar a hacer actuaciones. A mí me pareció fantástico, y fuimos a Novomúsica, donde compramos una mesa autoamplificada, baffles, micros, cables etc. Y a partir de allí empezó a funcionar la programación regular de la campana de los perdidos. De esto hace unos diecisiete años, y es el local que más actuaciones programa de todo Zaragoza, más de150 al año, los jueves, viernes y domingos de manera regular, y algunos miércoles, aun a pesar de los quebraderos de cabeza que tiene con las licencias, permisos, precintos y cierres. Programan música de toda clase, desde rock y tecno hasta jazz, pasando por el folk de cualquier tipo, y además, hacen poesía, magia, malabarismos, cuentacuentos, teatro de adulto, e infantil los domingos por la mañana.

Impulsó otro tipo de actividades, como campeonatos de mus, y para los socios, hay jornadas gastronómicas una vez al mes, con concursos temáticos de diferentes platos: tapas, ensaladas, gazpachos, postres, etc.

También colabora en la promoción de actuaciones en verano en Remolinos, y otras muchas cosas relacionadas con la cultura.

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